Hace unos días acudimos a este local a picar algo entre semana. La estética es un poco extraña para ser un mesón, ya que desde fuera parece una cafetería y dentro sigue esta línea, dando la sensación de poder tomar una caña o un chocolate con churros.
La carta es bastante amplia, con raciones que van desde las más típicas ( embutidos, pulpo...) hasta otras un poco más distintas. Después de unas cuantas vueltas nos decidimos por unos pulpitos en salsa, que el camarero en seguida nos dijo que no había ese día, con lo que tuvimos que hacer un cambio de planes. Lo que teníamos claro es que pediríamos los pimientos rellenos por consejo de nuestro amigo y colaborador Juan, que para mi gusto estaban buenos, pero no espectaculares. A continuación tomamos unas croquetas de centollo correctas y una ración de pulpo con langostinos al ajillo que tenía un punto picante interesante. Después tomamos para mi lo mejor, unas almejas con judiones, bastante logradas con un fondo de verduritas suave y sabroso. Y para terminar pedimos un codillo también para compartir que estaba jugoso y suave.
Los vinos que elegimos fue en primer lugar el albariño de la casa, que para ser eso, de la casa no está nada mal, y a continuación un Ribera, el Silvanus, todo un descubrimiento.
No tomamos postre, y sí cafés y algún chupito ( el de café y tostada no son de los mejores que hemos tomado, el de hierbas algo mejor ). La cuenta final fueron unos 105 € creo recordar.
PUBLICADO POR ESTHER
1 comentario:
Aquí la cagaron con la reforma: mata el espíritu del local.
Saludos
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