lunes, 12 de julio de 2010

Restaurante A Cunca , Buño



Una buena forma de promocionar restaurantes con características comunes suele ser realizar algún tipo de jornadas gastronómicas en las que dar a conocer locales o productos que, de otra forma, sólo se descubrirían por casualidad. Este es el caso de las Xornadas de restaurantes da Costa da Morte, en la que a algunos nombres conocidos se suman otros que no lo son tanto, hasta un total de 25. La variedad de menús es grande, aunque unificados por la presencia mayoritaria de pescados y mariscos y por un mismo precio, 35 euros, bodega aparte. Así que, entre tantas sugerencias nos decantamos por el menú degustación del restaurante A Cunca, en Buño.




La decoración, en tonos beige y wengué, es sencilla, destacando un mural en barro del que sobresalen en relieve distintos utensilios de cocina. En el exterior, un pequeño jardín que incita a tomar el digestivo fuera, si el tiempo lo permite (el sábado no era el caso).


La atención es cordial y sin florituras, al igual que la ración de pan, un trozo de bolla que se come con gusto y no llega al final del menú. Y éste empieza con un salpicón de centollo que lleva, eso, centollo. Sólo carne y corales. Muy bueno, aunque quizás requeriría una vinagreta un pelín más contundente.

A continuación unos berberechos, que sin ser King size ni requerir grandes preparaciones, están en su punto justo. Seguimos con un pulpo con langostinos, de elaboración también tradicional, pero lograda y, a decir de mi acompañante, más forofo del pulpo que yo, muy bueno de cocción y sabor.



Llega ahora el turno del pescado: según mercado, reza el menú y a nosotros nos toca un taco de merluza acompañado de unos estupendos cachelos de los de verdad, con piel y todo. La merluza bien de punto y con un toque de plancha que le da algo más de prestancia y sabor.



Toca descanso, un sorbete de cítricos con un toque dulzón que quizás echa por tierra la finalidad para la que se suelen servir este tipo de bebidas. Preguntado el camarero nos aclara amablemente que lleva un pelín de cointreau, por lo que quizás me pegaría más para acompañar un postre. Y ya in extremis vamos con el taco de vaca con cebolletas confitadas, que nos sirven al punto y acompañado por unas patatitas gajo, para mi gusto un poco crudas.


El postre es una milhoja de café acompañada con helado de licor de hierbas: buena la crema de café y el helado y, para mi gusto no tanto la propia milhoja. Acompañamos todo el menú con una botella de Cunqueiro III Millenium (al lado hubo quien lo tomó con coca-cola, y es que sobre gustos no hay nada escrito) y para rematar unos chupitos de licor-café casero, aunque la terminación en –ito no le haga justicia a la cantidad que sirvieron en sendos vasos con hielo, por el módico precio de 2 euros.


En resumen, un buen descubrimiento, y queda pendiente ir en otro momento a descubrir las raciones en la zona de taberna. Por si os interesa, tienen página web: www.acunca.com.





PUBLICADO POR CRISTINA

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