El lunes de carnaval quedamos para buscar un sitio por la zona de la plaza de Vigo, pensando en tomar un picoteo y de paso escapar un poco del bullicio propio de estas fechas.
Aconsejado por Raúl, un amigo, decidimos entrar en O Areal, una vinoteca situada en la calle Emilia Pardo Bazán. Al entrar nos encontramos un local alargado con una zona en la entrada dedicado más a vinoteca y una zona pequeña con un par de mesas al fondo, dedicada más a restaurante.
La verdad es que cuando entramos nos dio mal pálpito, entre que los camareros iban disfrazados y te resultaba complicado comunicarte con un señor disfrazado de pollo, y que el sitio resultaba un poco caótico por el jolgorio que reinaba, al final estábamos un poco desubicados.
El comienzo también fue complicado puesto que pedimos la carta y nos comentaron que no tenían carta: el camarero vestido de pollo nos la recitó amablemente de memoria. Esto al final resulta un lío porque entre que no te acuerdas de la mitad de las cosas que te dicen y que no tienes ni idea de los precios, pues eso un follón...
Menos mal que en la entrada tienen una pizarra grande con la lista de platos y los precios, de todas formas nos tuvimos que levantar todos uno por uno para poder ver lo que había. Otro fallo creo yo que fue que el camarero nos ofreció casi exclusivamente los platos caros obviando todos los platos de la pizarra lo cual nos dio que pensar.
Todas las dudas se disiparon cuando empezaron a traernos los platos. Comentar que como entrante nos sirvieron unas tostitas de pan con queso curado y anchoas, cortesía de la casa. Un buen detalle mientras elegíamos los vinos (que tampoco tenían en carta).
En vinos nos decantamos por un Ribeiro Cunqueiro III Milenio, una apuesta segura y sin riesgos, y en cuanto a tintos un La Planta de Bodegas Arzuaga ( buena relación calidad precio).
Todos los platos fueron para compartir entre cuatro personas. De primero tomamos un Revuelto de Navajas y Erizos. El revuelto era de un tamaño considerable y venía acompañado por unas mini tostas. De sabor estaba muy rico con un punto muy bueno y un toque especiado que le quedaba muy bien. A mi particularmente me convenció bastante. El tamaño de las navajas también bueno ( incluía una media docena por lo menos).
De segundo y también para compartir unos Chipirones rellenos de Setas y Salsa de Ciruela. Este plato que a priori parece el típico que gusta a todo el mundo, quizás fue el de la discordia. Casi todos coincidíamos en que la salsa de ciruela resultaba demasiado invasiva, se comía el sabor de los chipirones y las setas. Además la salsa tenía los trozos de ciruela que resultaban bastante amargos, porque eran ciruelas tipo pasa. Me gustó pero probablemente le cambiaría la salsa.
El siguiente plato fueron los Huevos Rotos con Jamón. La verdad es que cuando nos pusieron el plato todos y cada uno de nosotros pensamos que se habrían equivocado, puesto que solo habíamos pedido una ración, y la cantidad que nos habían servido era descomunal. De hecho llevaba cuatro huevos, patatas y una cantidad de jamón considerable. Solo tenéis que juzgar por la foto. Un plato que es casi imposible que no te guste, con unos huevos caseros y un jamón de una calidad superior a la que se suele servir con este tipo de platos.
Por último tomamos el Secreto de Cerdo Ibérico con Chutney de Mirabeles. Un plato también de un tamaño considerable como todos los anteriores, y en el que todos coincidimos en que nos gustó mucho. La carne venía en dos trozos acompañada con una torre de patata panadera y una especie de pisto ligado con una salsa dulce de mirabeles, que la verdad pegaba muy bien.
De postre nos tomamos un Helado de Cítricos y Verduritas que estaba buenísimo, muy parecido al que tomamos en una ocasión en Moaña en el restaurante La Batea. Con un sabor a frutas tipo mango, maracuyá... fue lo que más o menos pudimos intuir. Muy freso y muy cremoso, ideal para terminar la velada y dar por finalizada la cena.
Os voy a adjuntar una pequeña aportación de otra persona que también pasó por este sitio, y tomó un par de platos distintos que me parecieron dignos de mencionar.
El primero es un plato de solomillo presentado dentro de una masa que sirve de recipiente y es comestible a la vez, todo ello sobre una cama de patatas fritas. El solomillo va en el interior con unas brochetas para poder picar. La verdad es que tiene una pinta buenísima, aunque no puedo hablar de la calidad porque no lo he probado.
El otro es uno de los postres que ofrecen como una de las mejores tartas de queso de la comarca. Tampoco la he probado con lo cual no puedo ofrecer un veredicto, pero lo cierto es que la foto de ambos platos invita a catarlos convenientemente.
La verdad es que despues de un comienzo un tanto estrambótico, la cosa se recompuso de forma satisfactoria y salimos todos bastante contentos. Creo que es una opción interesante, aunque tienen varias cosillas que pulir.
PUBLICADO POR TONI.
lunes, 14 de marzo de 2011
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3 comentarios:
Tiene buena pinta.
¿Y de precio que tal?
Hola Kimono, al final salimos sobre unos 27 euros, pero porque pedimos una botella de vino a mayores.
Hola!!
Aprovechando los buenos comentarios que hacíais ayer estuve con mi pareja picoteando allí. Nos tomamos un revuelto de morcilla y los chipirones rellenos de setas. Los dos platos son muy buenos. En cuanto al vino nos dejamos aconsejar por la chica que nos atendió (dándole indicaciones de lo que nos gusta, claro). Nos recomendó un "13 cántaros Nicolás" de la D.O. Cigales que estaba bueno (muy buena relación calidad - precio).
La cuenta final ascendió a 36€ que está muy bien para lo que se lleva.
El servicio perfecto, además la chica sabía de lo que hablaba en cuanto a vinos.
Una de las cosas que más me gustaron del sitio es que no es la típica vinoteca comercial (Azpilicueta, Beronia, Piérola, ...). Van un paso más allá.
Un saludo!!
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