La visita está dividida de tal forma que puedes visitar cada uno de sus seis pisos, donde verás tanto los procesos de elaboración, como posteriormente degustar una guinness en el Gravity Bar en el sexto piso, donde además disfrutarás de unas vistas panorámicas inmejorables de la ciudad (siempre y cuando el tiempo lo permita).
En el primer piso podrás visitar la tienda oficial (donde acabarás comprando algún souvenir), la recepción donde podrás pedir una guía en español o cualquier otro idioma, para orientarte durante la visita (dicha guía es totalmente gratuita previo depósito del Dni), y la entrada a la zona de visita que es como una especie de pinta gigantesca que llega hasta el último piso.
A medida que vamos avanzando vamos viendo todos los procesos de producción de la cerveza donde explican la procedencia de sus cuatro ingredientes: agua, cebada, lúpulo y levadura, de hecho puedes tocar e incluso probar alguno de ellos como la cebada tostada. Tambien muestran la elaboración, como el tueste de la cebada que es el ingrediente principal que le da ese sabor y color característico a esta cerveza, el tratamiento del lúpulo que le da ese amargor especial y como no, la mezcla con el agua que mucha gente cree que procede del río Liffey cuando no es así, ya que según ellos es procede de los más puros manantiales de las montañas de Wicklow.
Seguimos ascendiendo y podemos ver salas interactivas donde dan consejos del

Hacemos una parada en la quinta planta, donde llegamos al Brewery Bar y al Source Bar donde puedes aprender a tirar una pinta perfecta. Cómo poder resistir la tentanción, ahí me planto yo para servirme una pinta (no sé si perfecta, pero deliciosa) y recibir un diploma acreditativo de experto tirador de cerveza (que más quisiera). Esta es una buena opción puesto que con la entrada tienes derecho a degustar una pinta gratis dentro de la fábrica, la otra opción sería subir a la planta siete, al Gravity Bar y degustar una pinta disfrutando de las mejores vistas de la ciudad en un local circular con grandes cristaleras e inmejorables vistas.

Aquí es donde os contaré un pequeño truquillo para navegantes que quizás os puede interesar. Como os avancé antes, tu entrada solo te da derecho a una consumición en el Gravity Bar o bien en el Brewery Bar El tema es que en el Gravity solo puedes canjear tu entrada, en ningún caso comprar un pinta, con lo cual te cojes el ascensor y bajas a la planta sexta, te compras una pinta y te vuelves a subir al Gravity Bar donde sin duda la disfrutarás el doble.
Luego lo aconsejable sería volver a bajar y probar el menú del restaurante de la sexta planta donde podrás degustar cualquier plato de cocina tradicional irlandesa del menú elaborado a base de Guinness (como no podía ser de otra forma).

Yo aquí he podido degustar una sabrosa hamburguesa elaborada con carne de ternera

Para el final dejo la joya de la corona, que es el Gravity bar, que como ya os avancé anteriormente, está situado en la parte mas alta de la fábrica, y que además es uno de los puntos mas altos de la ciudad. Desde allí podrás degustar tu Guinness perfectamente tirada mientras te deleitas de las vistas panorámicas de todo Dublín, excepto si te pilla mal tiempo con lo que solo podrás ver los cristales empañados.
El mayor problema del Gravity bar es llegar y encontrarte con cientos de personas, lo cual es un problema tanto si quieres situarte en la barra para pedir tu pinta, como si quieres coger un asiento pegado a las cristaleras para tomarte tu cervecita mientras disfrutas de las vistas. Creo que lo ideal es poder ir un día de semana para evitar la acumulación de gente ávida de ese oro negro llamado Guinness.
PUBLICADO POR TONI.