Con anterioridad ya pudimos probar las deliciosas ruedas de buey, jornadas de toro de lidia y otras especialidades que le han dado su merecida fama a este restaurante. De hecho no se puede concebir pasar por allí y no probar la cecina, que me atrevo a decir que para mi es la mejor de la ciudad.
Cuando llegamos allí descubrimos que hubo un cambio en el restaurante, pero gracias a Dios no en la cocina, donde Maria sigue mimando los fogones y cocinando con el mismo cariño de siempre, así como en la dirección del salón donde su hija ejerce de Maitre organizando y preocupandose con maestria de la atención a los comensales.
Comenzamos el menú degustación de caza con una ensalada

El siguiente plato es el típico con el que se me suele alegrar la pupila, se trataba de una fa

El plato fue para mi el rey del menú, con un sabor intenso, una salsa bien espesita que invitaba a rebañar. En esta ocasión el pan se convirtió en un aliado perfecto.
Y para cerrar el menú una fuente de jabalí estofado con patatas y una salsa exquisita.

La verdad es que fue un menú con un precio muy ajustado, salimos todos los comensales con vino, café y chupito por menos de 30 euros, lo cual está bastante bien teniendo en cuenta los platos incluidos en el menú.
No puedo despedirme sin antes recomendaros encarecidamente que probeis el pulpo a la brasa con grelos y chorizo, un mar y montaña contundente y a la gallega que sin duda acabará conquistando a mas de uno.
PUBLICADO POR TONI.