El fin de semana 19-20 de Enero hicimos una escapada a la Ribera del Duero porque nos parecía que un buen modo de estrenar este blog era ir a unas cuantas bodegas y probar unos vinos de la zona para poder dar nuestra opinión acerca de ellos. Así que nos dedicamos en cuerpo y alma a degustar toda la gastronomía, conocer la zona, pasar mucho frío y al final hacer muchos planes para volver pronto porque se nos metió en el cuerpo el gusanillo de conocer y visitar más bodegas.
Después de visitar varias páginas de Internet, ver donde teníamos el campamento base ( en Simancas, en casa de Javi y Viri, unos amigos que realmente fueron los que hicieron que nos moviéramos para ir a conocer la zona, y con los que pasamos un finde genial )y calcular kilómetros decidimos que visitaríamos Matarromera, en Valbuena del Duero y Legaris en Pesquera del Duero.
Son dos bodegas totalmente distintas, la primera más familiar, más natural y más sencilla que la segunda donde todo es diseño, tecnología y minimalismo. Pudimos comprobar distintas maneras de entender la forma de conseguir buenos vinos, cada maestrillo tiene su librillo como dice el refrán... A mi particularmente me gustó comprobar que aunque todos tienen su proceso similar cada vino tiene algunas particularidades en su elaboración que los hacen tan distintos aún partiendo del mismo tipo de uva, la misma añada etc.
Después de la visita a la bodega también estaba incluída una cata, que en el caso de Matarromera tuvo que ser antes de verla por problemillas logísticos. Aquí fue donde realmente disfrutamos, porque en Matarromera Inés, la chica que nos atendió nos explicó los pasos de una cata y nos fue conduciendo por los dos vino, pero dejándonos descubrirlos a nosotros y echándonos una mano cuando ya no nos salían más aromas. En Legaris también fue distinta, era una cata con un grupo de unas 15 personas que estaban en nuestro grupo en la visita, que cada uno había pagado una cantidad dependiendo de lo que quisieran catar y eché de menos una persona que nos hubiera ayudado a descubrir todos esos matices a los que yo no llego ni de lejos al degustar un vino.
Y después de todo esto, lo más peligroso, que es la compra de botellas, donde tienes que tener la cabeza un poco fría, y donde nosotros no la tuvimos. Hicimos los deberes y nos trajimos para casa varios vinos que no podemos conseguir fácilmente en Coruña y que guardamos para esos fines de semana, comidas o cenas y que poco a poco iremos comentando aquí.
Así que después de este fin de semana, de comer mucho ( tenéis que probar el lechazo de Aranda, la morcilla de Burgos, los caracoles, las mollejas....... ) beber más y no sólo vino, y dormir muy poco, lo dicho, que queremos volver pronto, muy pronto . PUBLICADO POR ESTHER
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