Pizzería La Favola, A Coruña

Este fin de semana nos apetecía comer algo de pizza y pasta, y como siempre últimamente nos aventuramos a este restaurante sin ninguna reserva hecha.

Nosotros ya habíamos estado hace bastantes años en él y al entrar en esta ocasión nos dimos cuenta que no había cambiado prácticamente nada. Mesas en la zona de delante junto a la barra, un pequeño pasillo y el comedor propiamente dicho, con su mítico mueble para cubiertos, platos etc, y su pequeña entrada a los baños.

Nos colocaron en una mesa redonda, de lo poco que había libre en ese momento, la verdad. Al tener horno, lo cierto es que hacía un calor sofocante en la parte de atrás. Lo malo fue cuando el camarero se dio cuenta de este detalle y puso el aire acondicionado y pasamos del calor tropical al polo en un par de minutos. Tuvimos que pedirle que por favor lo apagara, porque nos estábamos helando.

La carta es bastante tradicional: entrantes en forma de ensalada, provolone o provolone con berenjenas ( casi lo más "arriesgado" de esta sección ), pizzas, carnes, y las consabidas pastas. En este sentido volví a echar de menos un poco de renovación, ya que dentro de las pastas la oferta se reducía a los conocidos tallarines o spaguetti, ravioli, tortelloni o gnoqui, con preparaciones también muy de siempre. Al final nos decidimos con una pizza para compartir (éramos 5 personas cenando ) y un plato cada uno.

No recuerdo el nombre de la pizza, pero venía siendo la típica marinera con atún, anchoas, gambas y poco más. No se puede decir que estuviera mala ni mucho menos, pero al lado de otros restaurantes se quedaba muy por detrás. Entre los platos elegidos había un par de tallarines a la carbonara, tallarines aglio e olio pepperoni ( es decir con aceite, ajo y picante ), unos con gambas ( los míos ) y otro con setas, y otros tallarines con salmón ahumado y una salsa de nata y tomate.

En general, y vuelvo a lo de antes, no es que estuviera mal ningún plato, pero me da la sensación de que en este sentido vuelven a descuidar un poco los detalles. Por ejemplo, los platos eran abundantes, el mío en concreto tenía gambas por todas partes, pero le fallaba algo para mi fundamental: la pasta estaba apelmazada, al dente sí, pero parecía que llevaba cocida dos horas y había que despegarla. Y digo yo, que precisamente en cocer pasta fresca y dejarla en su punto no hace falta más de cinco minutos como mucho, no?? Pues este punto y una carta demasiado conservadora hace que haya otros italianos con un nivel muchísimo superior, como Il Tocco, Casa D´Italia...

Se pidieron dos postres, y una ronda de cafés. Para beber decidimos pasar del típico Lambrusco y pedimos una botella de Protos Roble ( sobre los 12 € ). La cuenta final ascendió a 13€ por persona, es decir que en ningún momento podemos decir que haya salido caro. Posiblemente en los otros restaurantes a los que hacia referencia antes una cena ronde ( o incluso pase ) los 20 € por persona, pero la calidad también es distinta.

PUBLICADO POR ESTHER