Ya de camino de vuelta de nuestro puente de la Constritución decidimos volver a Valdevimbre después de nuestras anteriores visitas. Para no volver a repetir en La Cueva del Túnel y tener una nueva referencia de esta zona nos decidimos por la cueva vecina, la del Cura de la que también teníamos referencias.
Cuando llegamos entramos directamente, ya que tuvimos la previsión de hacer una reserva el día anterior, porque al llegar comprobamos que estaba completo y que sólo atendían bajo reserva. Gracias al camarero pudimos llegar a la mesa que nos correspondía, ya que esta cueva es inmensa y pasamos por el corredor que la cruza pudimos ver numerosas salas con mayor o menor número de mesas. Incluso había mesas solitarias situadas en cualquier recodo de la cueva. En la estancia donde estaba la nuestra pudimos comprobar que esta cueva no es tan tranquila como la del Túnel, hay más concentración de mesas hasta tal punto que casi no podíamos acceder a nuestras sillas por tropezar con otras. Por consiguiente, había demasiado bullicio.
La carta se compone de platos de la zona, aunque no faltan platos de otras regiones, como el pulpo a la gallega o bacalao a la riojana. Como entrantes pedimos una tabla compuesta de jamón, cecina, queso, salchichón, chorizo y lomo. Más adelante la gente se animó y pedimos media tabla más. Además pedimos unas setas a la plancha y morcilla de León. Todas las raciones eran más que generosas.
Como plato principal la gente tuvo diferentes opiniones. dos de nosotros pedimos la Pierna de Lechazo, otros dos la Paletilla de Lechazo y dos Solomillos completaron la comanda. Nuevamente las raciones podían considerarse grandes, aunque a mi la pierna de lechazo no me convenció en absoluto. Estaba preparada a la brasa o parrilla y el ajo-perejil con que lo adobaron resultaba tan fuerte que escondía todo el sabor de la carne. Al resto de la gente les agradó, pero yo los he tomado infinitamente mejores en varias ocasiones.
Quedaba un huequecito para el postre y nos decidimos por tres raciones de cañitas rellenas de crema ( Canutillos de Mercedes ), dos flanes caseros y una tarta de queso. Además tomamos café de puchero.
El vino lo teníamos bastante claro, por lo menos la denominación, ya que como sabréis tenemos debilidad por la uva Prieto Picudo. Encontramos en carta un Viña Pico de los Cerros que no habíamos probado, con lo que la elección fue sencilla. Pedimos dos botellas para los seis comensales.
Finalmente la cuenta ascendió a 206 €, es decir casi 35 por persona. Tengo que reconocer que antes de salir de viaje estuve investigando por algún foro qué cueva merecía la pena visitar, y ésta salía ganando en relación calidad-precio, ya que el precio medio lo encontré sobre 20 €. Sabiendo que terminarímos pagando sobre esta otra cantidad hubiéramos reservado, sin duda en la Cueva Miñambres, otra que tenemos en el punto de mira.
Si es la primera vez que acudía a Valdevimbre a comer/cenar, mi recomendación 100% es ir a la Cueva del Túnel. Ganaréis en originalidad de carta, calidad, tranquilidad y buen ambiente. La Cueva del Cura no está mal pero después de conocer la anterior se le encuentran muchos peros.
PUBLICADO POR ESTHER