Dependiendo del día de la semana que vayas, puedes pedir los pintxos mirándolos en una carta o bien como nos coincidió a nosotros elegirlos directamente de la barra, acercándote a ella con un plato y escogiéndolos. Además van sacando variedades diferentes continuamente, con lo ue cualquier picoteo se transforma en una trampa al ver cada vez algún tipo que aún no has probado y que resulta de lo más apetecible.
Entre los que pudimos probar estaban los siguientes: el típico de txaka ( quizá el menos original de todos los ofrecidos ), pintxo de espárragos trigueros con bacon sobre una galleta de queso y pan, una especie de pincho moruno de pollo, dos alcachofas rellenas de carne y rebozadas, saquito de pasta brick de espinacas y piñones, queso de cabra rebozado en almendras sobre base de hojaldre, pintxo de huevo de codorniz y seta, dos de magret de pato con confitura de pimiento rojo, dos flamenquines ( éstos rellenos de champis ), dos de pollo con bacon al curry, un saquito de queso que llevaba algo de cebolla y confitura de moras, mini tortilla francesa rellena, pintxo de berenjenas... En total y hasta donde nos llega la memoria tomamos unos 18 pintxos.
A mayores pedimos unos calçots, que son una especie de puerros que en Cataluña hacen normalmente a la brasa pero que éstos estaban rebozados y fritos y acompañados con salsa romesco. Finalmente nos ofrecieron como postre un variado de frutas frescas y chocolate caliente, es decir una especie de fondue.
Como fuimos a mediodía nos decidimos por tomar unas cañas en lugar de vino y al final cayeron tres rondas. El precio final rondó los 60 €, con lo cual y después de echar muchas cuentas llegamos a la conclusión que si cobran los pintxos al mismo precio todos, cada uno saldría a 2€ como máximo. Teniendo en cuenta la calidad y originalidad, personalmente echo de menos algo así por nuestra zona... Arreglaría un montón de comidas-cenas de picoteo...
Gracias a David y Paola por acompañarnos en este día
PUBLICADO POR ESTHER
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