En la segunda jornada de nuestra escapada a Oporto acudimos a este restaurante aconsejados por un camarero con el que habíamos estado hablando el día anterior, y que nos lo recomendó cunado le preguntamos dónde comía la gente de Oporto.Así que como era domingo nos lo encontramos lleno de familias que habían ido allí a comer.
A la hora de elegir el vino, volvimos a decantarnos por una del Douro, en esta ocasión el Busto, también con marcados toques frutales que recordaban sobre todo frutos rojos, muy dulce y facilón.
Rapidamente nos situaron en una mesa dentro de una gran sala a la cual accedimos pasando por la zona de un mostrador donde podías ver ( no sé si comprar ) muchos de los platos sin preparar de la carta, desde brochetas de pescado o carne a los diferentes tamaños de chuletas y chuletones que servían.
Cuando nos trajeron la carta anduvimos un poco perdidos, ya que no nos decidíamos qué pedir. Finalmente optamos por media ración de Pulpo Lagareiro ( a la plancha con ajo y aceite y acompañado de pimientos y repollo ). Fíjaos cómo era la media ración ( foto de la derecha ) y de cómo la repartimos ( izquierda ). Como plato principal dudamos en pedir dos chuletas de ternera, pero con la cara que nos puso el camarero nos dimos cuenta que era una barbaridad de comida, por lo que al final pedimos Costeleitao ( chuletón ) de ternera, para compartir y enorme como podéis ver en la foto. Estaba en su punto. Pedimos un postre, una tarta de profiteroles para compartir también, que realmente estaba muy buena.
A la hora de elegir el vino, volvimos a decantarnos por una del Douro, en esta ocasión el Busto, también con marcados toques frutales que recordaban sobre todo frutos rojos, muy dulce y facilón.
Finalmente la cuenta ascendió a 46€, que nuevamente nos pareció excepcional la relación calidad-precio. Un sitio más para embutirse de gastronomía de la zona, muy poco turístico, lo que se demuestra en el precio final.
PUBLICADO POR ESTHER
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