Cuántas ganas teníamos de realizar esta visita, y en consecuencia este post, cuando vimos la vuelta a sus orígenes de este local. Después de nuestra ( decepcionante ) última visita al mismo cuando su nombre rezaba El Asador de Roberto, fue una gran alegría saber que este negocio se reinventaba, con una carta renovada ( nuevos arroces, entrantes y ampliando el capítulo de carnes ) y un ambiente más cuidado si cabe que el anterior, con menos mesas y atención más personalizada ( repito, si es que podía mejorarse la anterior ).
Todos los años por estas fechas acudimos a La Paella, si bien nuestras últimas visitas fueron al local de la Calle San Andrés, el cual también nos agrada, aunque siempre éste de Montrove ha sido nuestro favorito.
Reservamos para un domingo a mediodía, y pudimos comprobar que aun estando en mitad de fiestas navideñas había un buen número de mesas ocupadas. Pese a esto el ambiente era tranquilo, las conversaciones moderadas... parece que la decoración y el entorno llaman a esto.
Rapidamente decidimos los entrantes a compartir entre cinco personas: una Ensalada templada de Pato y Langostinos y un Pulpo con Langostinos confitado en Aceite de Mariscos. Mientras llegaban nos sirvieron el aperitivo del día, Naranja Confitada con Pimentón de la Vera, un contraste dulce-ácido que no dejó indiferente a nadie. Con estos entrantes nos aconsejaron un ribeiro blanco, San Clodio, de aspecto moderno , paso agradable y muy buena relación calidad-precio.
A continuación nos trajeron los principales: la versión Fideuá de la Paella de Roberto y el Arroz a Banda estilo Jesús Melero ( que gracias al blog del restaurante os puedo copiar los ingredientes: Arroz de Calasparra, ajo de las Pedroñeras, langostinos, berberechos, jibia, pimentón de la Vera y tomate ). Nos gustó mucho este arroz, uno de los pocos que nos queda por probar, y de todas formas nos quedaron buenas ganas de tomar un arroz al horno con rape, así que probablemente no esperaremos hasta las próximas fiestas para probarlo. Estos platos los acompañamos con otra recomendación, un Dehesa del Carrizal MV (multivarietales), un vino de pago que debe estar muy moda , correcto, pero que Dani me ha confesado que no le dice nada especial.
Hay que puntualizar que las recomendaciones acerca de vinos que siempre nos hacen en este restaurante la persona que selecciona los vinos, suelen ser de lo más acertado , tanto en calidad como en lo contenido de sus precios.
Pasamos por alto los postres y pedimos directamente los cafés. Además pedimos cuatro digestivos de Hendriks con Fever Tree.
La cuenta ascendió a 148€, es decir, menos de 30€ por cabeza, lo que nos pareció una excepcional relación calidad-precio. Tengo que confesar que los Gin Tonics corrieron a cuenta de la casa.
Después de todo esto salimos con buenas vibraciones del retaurante. Estamos encantados de que haya vuelto a lo que era en un principio, que ya nos gustaba muchísimo y que encima haya mejorado, a nuestro modo de ver
Y por cierto...................... FELIZ AÑO A TOD@S............
PUBLICADO POR ESTHER
lunes, 10 de enero de 2011
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2 comentarios:
Hola,
Yo también me alegro de ese regreso a los orígenes ya que, aunque el local de San Andrés está muy céntrico, la cabaña de madera es mucho más acogedora y siempre anima a sobremesas largas.
Un saludo,
Hoy fuimos a comer al local de San Andrés.
Todo muy rico, pero un poco caro para comer arroz. Pagamos 167 € siendo 5 personas. Tomamos 2 entrantes, 2 arroces para 2 personas, 2 botellas de vino (40 €), 1 botella de agua, pan, 2 postres y 5 cafés (a 1,90 € cada café (carais)).
Además tuvieron un mal detalle. Aparte del típico "pediros una arroz para cuatro en vez de dos para dos personas" (simpre que he ido me han dicho lo mismo), por eso de probar dos distintos, nos trajeron uno de ellos distinto del que habiamos pedido. Se lo aceptamos y no tuvieron la cortesia de invitarnos al café, o en su defecto a un chupito.
Me parece increible que llegaran a invitar a alguien a los Gin Tonics, a menos que seais muy colegas o supieran que erais de Catalia y quisieran quedar bien.
En fin, para lo que pagas, mucho paripé, poca cortesia y comida rica pero bastante cara.
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