Después de un intento fallido de conocer este bodegón al que nos llevaron nuestros amigos Rodrigo e Isa ( cerrado por vacaciones ), este sábado decidimos probar suerte. Está un poco escondido, en O Graxal por lo que antes de comer nos acercamos para saber si podíamos reservar para esa noche y echar una primera visual. Nos encontramos con uno de esos locales con encanto, lleno de todos los artilugios que existen en cualquier casa de aldea y ya al mediodía con ambientillo. Nos tomamos una cañita, reservamos mesa para la noche y nos tomamos la tapita que nos pusieron, un guiso de macarrones de esos amarillos con carne por el medio, que a Toni le gustó tanto que pedimos luego una ración para compartir.
Cuando llegamos por la noche, nos encontramos la mesa justo a la entrada, antes incluso de llegar a lo que es el bar en si en una especie de reservado de dos mesas, que de reservado no tenía nada porque todo el mundo que entraba al bodegón pasaba por allí, pero que nos gustó porque estábamos tranquilos y sin ruido.
La carta era la típica de estos locales: tablas de embutidos y quesos, revueltos, pulpo, pimientos, algún montadito... Para el plan de picoteo que íbamos nos pareció bien. La carta de vinos era cantada, osea de viva voz ( un fallito... )
Nos pedimos una tabla variada de embutido ( jamón, lomo, salchichón, chorizo y tres quesos ). Nos pareció bastante completa. A continuación unos pimientos del piquillo al ajillo que venían templaditos y estaban buenos, un revuelto de la casa bastante original y muy bien de tamaño que incluía pulpo, gambas, setas y ajetes. Luego una ración de raxo que para mi gusto estaba impresionante, nada aceitoso y con buena carne y los que nunca pueden fallar en una cena-picoteo, los pimientos de padrón. Pidieron postre los chicos, un tiramisú y una tarta de naranja casera, yo café ( de pota y en taza de barro ) y chupitillos. El vino ya os lo comentó Toni, Áster, único Ribera de toda la " carta ", lo cual nos sorprendió porque antes de Riojas nos recitó unos cuantos. El vino muy bueno a tener en cuenta si lo veis por ahí.
La atención fue muy buena, la camarera que nos atendió es un encanto. Si hay que buscarle un fallo éste fue que nos trajeron casi toda la comida a la vez. Es decir, que casi no habíamos empezado con la tabla y nos trajeron los piquillos y ya en seguida el revuelto y el raxo, con lo que la tabla quedó aparcada hasta el final de la cena cuando sabíamos que había nada que pudiera enfriarse. Así como en otros lugares nos quejamos de que tardaban demasiado, en éste habría que echar un poco el freno. Pero en general nos gustó todo y volveremos a este bodegón porque además es un bonito lugar para llevar a la gente que no lo conozca
PUBLICADO POR ESTHER
Cuando llegamos por la noche, nos encontramos la mesa justo a la entrada, antes incluso de llegar a lo que es el bar en si en una especie de reservado de dos mesas, que de reservado no tenía nada porque todo el mundo que entraba al bodegón pasaba por allí, pero que nos gustó porque estábamos tranquilos y sin ruido.
La carta era la típica de estos locales: tablas de embutidos y quesos, revueltos, pulpo, pimientos, algún montadito... Para el plan de picoteo que íbamos nos pareció bien. La carta de vinos era cantada, osea de viva voz ( un fallito... )
Nos pedimos una tabla variada de embutido ( jamón, lomo, salchichón, chorizo y tres quesos ). Nos pareció bastante completa. A continuación unos pimientos del piquillo al ajillo que venían templaditos y estaban buenos, un revuelto de la casa bastante original y muy bien de tamaño que incluía pulpo, gambas, setas y ajetes. Luego una ración de raxo que para mi gusto estaba impresionante, nada aceitoso y con buena carne y los que nunca pueden fallar en una cena-picoteo, los pimientos de padrón. Pidieron postre los chicos, un tiramisú y una tarta de naranja casera, yo café ( de pota y en taza de barro ) y chupitillos. El vino ya os lo comentó Toni, Áster, único Ribera de toda la " carta ", lo cual nos sorprendió porque antes de Riojas nos recitó unos cuantos. El vino muy bueno a tener en cuenta si lo veis por ahí.
La atención fue muy buena, la camarera que nos atendió es un encanto. Si hay que buscarle un fallo éste fue que nos trajeron casi toda la comida a la vez. Es decir, que casi no habíamos empezado con la tabla y nos trajeron los piquillos y ya en seguida el revuelto y el raxo, con lo que la tabla quedó aparcada hasta el final de la cena cuando sabíamos que había nada que pudiera enfriarse. Así como en otros lugares nos quejamos de que tardaban demasiado, en éste habría que echar un poco el freno. Pero en general nos gustó todo y volveremos a este bodegón porque además es un bonito lugar para llevar a la gente que no lo conozca
PUBLICADO POR ESTHER
1 comentario:
Llevo 6 anos parando en este bodegon. Vamos todas las semanas. Esta todo bueno y el ambiente y todo en general es muy agradabl
e
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