La verdad es que lo que más conocemos de esta ciudad es su ruta de tapas, ya que el par de veces que hemos estado por la zona siempre hemos llegado siendo ya noche y con la gusilla de su famoso tapeo. A ver si en una próxima visita podemos conocer algo más, pero bueno, al grano.
Cuando hemos vuelto lo hicimos con nuestros anfitriones de la pasada vez y comenzamos en el mismo lugar, El Buen Tapeo de Bimi. Aquí podéis probar sus montaditos ( lo hicimos el pasado año, aunque en esta ocsión sólo cayó caña ), una fuente con varias tostitas de distintas clases. Bien para empezar a abrir boca...
Luego repetimos en un local en el que habíamos estado la otra vez y que personalmente me encantó: Vino Tinto Joven ( hay otro local justo enfrente de éste que se llama Vino Tinto y que es ya más tipo restaurante creo )Es un local alargado siempre lleno de gente, con cocina a la vista que es una verdadera delicia. Tiene un listado de tapas que llaman la atención principalmente por su originalidad y su elaboración. Por poner un ejemplo nos tomamos la tortilla de patatas evolucionada que os explico: en un vaso de zurito ponen un huevo con un chorrito de aceite de oliva que meten en la salamandra para que se pase un poco. A continuación le agregan espuma de patata de un sifón, chorrito de aceite y de vuelta a la salamandra. El resultado es espectacular. Otras tapas son la brocheta de cigalas con calabacín, foie, flauta de jamón, pato con naranja... Impresionante un pedazo de chuletón que se estaban marcando en la plancha. Volveré cuando pueda. Eso sí, tienen las tapas a medio preparar de manera que cuando se pide algo lo montan en el momento, pero puede acabarse alguna de las de la lista. Si vais, hacedlo a una hora más o menos temprana para asegurar que haya de todo.
En esa misma calle pero al otro lado se encuentra la Taberna del Pozo, al que en esta vez no pudimos entrar por la cantidad de gente que había, pero que sí visitamos en otra ocasión y donde pudimos probar los famosos caracoles ( que he de reconocer que me sorprendieron y me gustaron con la salsita con toque a jamón y picantilla ) y las mollejas de lechazo a la brasa, buenísimas. Los que estéis poniendo cara rara recordad que nos gusta probar lo típico de la gastronomía de cada zona...
Y otro que probamos fue la Taberna Cascajares, de los pocos que había con sitio libre ( en la barra, una mesa ni por asomo... ) y donde nos tiramos en plancha. El mostrador bien surtido de todo tipo de tostas ya preparadas y que te calientan en el momento, o bien montaditos que preparan y que tenían una pinta increíble. Había tanta variedad que a mi me costó elegir uno, ya no sabía si pedir de lo que veía o si fiarme de los nombres que cuelgan por todas las paredes. Para volver con hambre...
Y por ahora nada más... No son muchos, pero los estómagos no admitían más tapitas, una pena porque la variedad es enorme. Sólo nos queda volver y probar alguna más.
( Imagen bajada de buscorestaurantes.com )
PUBLICADO POR ESTHER
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