Para no bajar el nivel y no desmerecer los vinos que hemos incluido ultimamente hemos echado mano de una botella de un blanco que llevaba un tiempo en casa y que es todo un ferrari dentro de los Rosales. Lo teníamos celosamente guardado porque nuestro bolsillo no soporta tomarnos este tipo de vinos con mucha frecuencia puesto que es un vino que ronda los 35 euros y que para un vino blanco se antoja un poco caro, es por eso que convencimos a dos de los seguidores más activos de catalia (mis suegros) para que hicieran una donación de percebes para que la apertura de la botella fuera lo menos dolorosa posible, aunque la primera copa nos la tomamos sola para poder extraer todos matices.
Lo primero que nos llamó la atención a todos cuando descorchamos la botella fué el intenso color dorado que tiene este vino que es como oro líquido, totalmente distinto a cualquiera de los albariños que hemos tomado. En la fase olfativa lo primero que sale es la madera en la que maduró el vino que es una de las características de esta bodega pionera en el uso de barrica en este tipo de vinos, además de un toque afrutado muy fino a fruta de hueso tipo nispero y de un punto citrico muy suave acompañado de un toque floral bastante marcado.
Cuando te lo tomas lo que más te llama la atención es el paso fácil y agradable que ya es una característica de los vinos de esta firma, tiene un toque acido muy fino y elegante, pero lo más sorprendente es el retronasal y la persistencia tan difícil de conseguir en vinos blancos y que te permite después de un buen rato mantener el sabor a fruta y que para mi es una de las características más notables de este gran vino, sin olvidar el toque en boca a madera que es otro de los matices mas notables.
En resumen, no es un vino para tomarse alegremente porque no hay economía que lo soporte, pero si creo que es un vino que alguna vez en tu vida debes rascar el bolsillo y probarlo, pero eso si no sin antes haber probado muchos otros vinos porque sino habrá pasado por tu vida sin pena ni gloria porque no podrás descubrir todos los matices y simplemente dirás lo rico que estaba.
La cata de la bodega es la siguiente:
Después de la maceración y desfangado del mosto, este fermenta en barricas nuevas de roble francés y americano siguiendo con el proceso de crianza sobre lías durante cuatro meses.Vivo color amarillo paja intenso, muy atractivo. Los agradables aromas de melocotón maduro y flor blanca, van de la mano de los recuerdos de mantequilla fundida y las notas ahumadas de la barrica nueva.En la boca resulta un vino goloso, elegante y freso, con sensaciones de finas maderas que alargan, con un suave tanino su persistencia conduciéndonos a una retronasal amplia en sensaciones de fruta madura y tostados.
PUBLICADO POR TONI.
Personalmente yo tenía algo de prisa por abrir este vino, ya llevaba demasiado tiempo en casa ( desde el 2003 ) y temía que nos pasara un accidente como otro Albariño que guardábamos celosamente y que al final no pudimos probar, el Organistrum.
Así que para poner un punto final a un finde totalmente enólogo y con la colaboración de la familia nos apareció la oprtunidad perfecta. Cuando abrimos la botella creo que todos teníamos miedo que no estuviera ya bueno. El color es realmente sorprendente, ya que ese dorado intenso yo no lo había visto en ningún Albariño y creo que en ningún vino blanco que yo haya probado hasta el momento.
En nariz hubo discrepancias entre los que pensábamos que tenía notas de albaricoque y los que opinaban que el aroma era más de nísperos o mirabeles ( fruta que aparece en la zona del Rosal ). En lo que estuvimos de acuerdo fue en el aroma a madera de la barrica y el sutil cítrico tan común a los Rosales.
En boca notamos ese cítrico en primer lugar dejando en seguida un intenso sabor a azúcar de fruta madura, todo ello sin que se haga un vino dulzón. El retrogusto es espectacular y te permite seguir disfrutando un buen rato de cada uno de los estirados sorbos que íbamos tomando. En definitiva, otro vinazo.
Creo que va a ser complicado que se nos presente otra oportunidad de tomar un vino de estas características porque pienso que los componentes de Catalia estaremos más dispuestos a gastarnos 30 y pico euros en un tinto que en otro blanco, pero para los ultra aficionados a vinos blancos si tenéis la ocasión ( y la pasta ) es totalmente recomendable y encontraréis otra dimensión dentro de los Albariños.
PUBLICADO POR ESTHER
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