Sobre las 12 nos acercamos a las Bodegas Maciá Batle, puesto que nos habían dicho que no hacía falta reservar hora para la visita , y es que realmente lo que haces en la bodega y a lo que te invitan es a que hagas una autovisita, por un recorrido donde no te queda más remedio que empezar por la sala de vinificación (donde están las cubas de acero) , las salas de crianza en barrica , el pasillo de embotellado (impresionante)hasta llegar a la sala de catas que comunica con la recepción/tienda.
Os recomiendo que entréis en la página web de la bodega y hagáis una visita virtual porque realmente vale la pena.
Una vez acabado pasas a la zona de la tienda donde amablemente de dejan probar todas las variedades de vinos que quieras y te invitan a probar los patés (oliva verde, negra, tomate..) el tomate deshidratado en aceite, que les hacían las monjitas, y demás productos que tienen a la venta.
Espoleado por el éxito de la uva Prensal les pedí que me dejaran probar el Blanc de blancs y me dijeron que estaba toda la producción agotada dado que el blanco se recoge y embotella antes que el tinto . Chasco. También probamos el de la añada, bastante normalito, el de maceración carbónica, del que me traje una botella, que ha comentado Esther, y el crianza, que estaba buenísimo pero solo vendían en cajas de 12 y me pareció que a los señores de Aena no les iba a hacer mucha gracia que me trajese una caja para repartir. De todas formas este vino lo degusté en la comida de ese día y si me acuerdo os lo comentaré porque vale la pena probarlo.
Esta bodega está en Santa María de Camí a pocos kilómetros de la de José L. Ferrer que se hallaba en el propio pueblo de Binissalem .
Eran las 13h y como la siguiente visita la teníamos por la tarde nos decidimos a dar una vuelta para ver si podíamos visitar alguna más por ahí cerca. Pero esa es otra historia.
(continuará)
PUBLICADO POR DANI
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