lunes, 3 de marzo de 2008

Restaurante Ana, Santiago



Tengo el placer de postear la primera colaboración a nuestro blog. El espíritu de Catalia no es otro que recopilar experiencias en el mundo vinícola-gastronómico y cuantas más...mejor. Aquí os dejo con Juan que nos hablará de un restaurante de Santiago que por lo visto merece toda su aprobación... tendremos un día que ir de excursión. Gracias por el post , esperemos que no sea el último.

PUBLICADO POR DANI

Hace tres semanas que descubrimos un nuevo templo de la gastronomía. Está en Santiago y aunque nos quede un poco lejos, merece la pena coger la autopista y acercarse a este nuevo local.

No sé si lleva mucho tiempo abierto pero me dio la impresión de que es relativamente nuevo. Está por la zona de la Colegiata del Sar pero la referencia más cercana puede ser la que nos llevó a nosotros casi por casualidad: la tienda de Adolfo Domínguez que queda a apenas 100 mts.

Pero vayamos al tema; el restaurante en sí es una casa del siglo XIX con un patio interior que lleva a la entrada posterior; tiene varios comedores pero a nosotros nos pusieron en una habitación con sólo dos mesas aunque en otros sitios seguro que meterían 3 más. Además, había una fuente de piedra - eso sí, sin funcionar -

Empezamos con unas croquetas de jamón, pequeñitas pero con una potencia de sabores muy destacable. Las zamburiñas que se pidieron los de al lado parecían tener muy buena pinta y digo parecía porque estaban, por lo menos, a 5 mts.

De segundo me pedí unas carrilleras de ibérico con puré de castañas y manzanitas confitadas. Había probado las de ternera pero éstas tienen un sabor un poco más fuerte y son más contundentes.

Pero el plato "estrella", el que realmente nos impresionó fue el que comió Cristina: una brocheta de salmón con vieiras sobre cama de arroz marinero.......SIN PALABRAS. Probablemente, uno de los mejores bocados de mi vida sólo comparado con las cestiñas triscantes del Artabria o el hojaldre de lubina del Bebedeiro.

Ya me olvidaba, la carta de vinos está bastante bien y los precios, también. Nosotros tomamos un Vilerma - a la chica le gustan más los blancos - que maridaba bastante bien con la brocheta.

Los postres eran variados y contundentes. Nos decantamos por el mango, en versión con mascarpone para mí y con helado de praliné para mi mujer, incluida una copita de Moscatel a la que, con muy buen criterio, te invitan.

El restaurante también ofrece la posibilidad de degustar un menú por 27 € compuesto por dos entrantes, un plato de pescado (el otro día era la brocheta), uno de carne y un postre, osea, parecido al Artabria.

El único "fallo" que le encontramos fue en el apartado de chupitos. Cuando le pedimos un par de licor café y nos traen la botella de "El Afilador" no nos quedó más remedio que decirle a la pobre camarera -además, nos había dicho que era su primer día- que se lo llevara por donde había venido. Ya sabéis de nuestra afición por la licorina - así llamamos al licor café- y éste Afilador es lo más cercano al veneno de curso legal que he probado en mi vida y creedme, he probado muchos...

Al final, nos salió por 27 € cada uno, sí más o menos como el menú pero con vino incluido y con una sensación que te invita a repetir y sobre todo compartir el lugar con más gente -pero, que no salga de aquí, no se vaya a masificar...-

PUBLICADO POR JUAN

No hay comentarios: