La verdad es que aunque no sea lo usual en este blog he de romper una lanza a favor de este restaurante. Me explico, yo personalmente y Dani también en otra ocasión tuvimos la oportunidad de ir a comer al restaurante Manolito (he de matizar que dicho restaurante tiene dos localizaciones una en Cuatro Caminos y otra en Ramon y Cajal). El caso es que tras ir a comer al de Ramón y Cajal y quedar bastante defraudado he acudido en esta ocasión al de Cuatro Caminos. También es digno de mención que allí trabaja Juan un amigo que ya he mencionado con anterioridad en la cata del Ribera del Duero Campos Góticos, y que sábiamente me explico que la carta y la cocina de dicho restaurante había dado un giro de 90º, incorporando muchas inovaciones, además de haber fichado a un gran cocinero que puso su toque en la nueva cocina que allí se presenta.
No vamos a meternos en tema de dinero puesto que de todos es sabido que El Manolito no se caracteriza por ser un sitio económico, pero si vamos a entrar en el tema gastronómico que es uno de los cometidos de este blog. Pues bien comenzamos con unos entrantes de empanada, navajas al estilo Manolito (deliciosas aunque escasas), y unas setas variadas con langostinos con una salsa exquisita. A continuación y muy bien aconsejados nos tomamos un lechazo con patata panadera pimientos y tomate que era pura seda. Como colofón y de postre probamos el carpacho de piña con almibar casero que era digno de admiración.
En resumen y como he dicho al comienzo al margen del precio (40 euros por barba con dos botellas de vino para tres) la comida y el servicio han sido de lo mejor y creo que repetiré, aunque con anterioridad y en varias conversaciones dije que no volvería, esto creo que sirve para dar razón al refrán de "nunca digas de este agua no beberé" o por lo menos "no volveré a beber en mi caso".
PUBLICADO POR TONI.
No vamos a meternos en tema de dinero puesto que de todos es sabido que El Manolito no se caracteriza por ser un sitio económico, pero si vamos a entrar en el tema gastronómico que es uno de los cometidos de este blog. Pues bien comenzamos con unos entrantes de empanada, navajas al estilo Manolito (deliciosas aunque escasas), y unas setas variadas con langostinos con una salsa exquisita. A continuación y muy bien aconsejados nos tomamos un lechazo con patata panadera pimientos y tomate que era pura seda. Como colofón y de postre probamos el carpacho de piña con almibar casero que era digno de admiración.
En resumen y como he dicho al comienzo al margen del precio (40 euros por barba con dos botellas de vino para tres) la comida y el servicio han sido de lo mejor y creo que repetiré, aunque con anterioridad y en varias conversaciones dije que no volvería, esto creo que sirve para dar razón al refrán de "nunca digas de este agua no beberé" o por lo menos "no volveré a beber en mi caso".
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